Podemos, desde nuestro interior, ser responsables por lo que hacemos y
pensamos sin ceder nuestro destino a la religión, la familia, o lo que se espera de nosotras socialmente
Podemos, desde nuestro interior, ser responsables por lo que hacemos y pensamos sin ceder nuestro destino a la religión, la familia, o lo que se espera de nosotras socialmente