Recuerdo mi mañana de este 14 de febrero como la más fría de la historia, sin embargo en cuestión de horas, ya por la tarde, convencida de mi irónica vida, no puedo concentrarme en nada que no sea escribir algo que te alegre y a la vez te sorprenda, así como tú logras, aún después de un par de décadas iluminar mi alma.
Cambiar mi mundo en cuestión de horas, sigue siento tu especialidad. Parece como si hubiera sido un sueño, del que despierto y me sigo preguntando si aún te gusta leer lo que inspirada en ti escribo, si aún puedo lograr transmitir entre letras de una pantalla que nos separa las emociones que nos unen… Si, así como nos sucedía hace años: cuando por varias horas chateábamos ilusionados con la novedad de la tecnología y de lo que surgía entre nosotros…
Mientras tú rompiendo esquemas te entretienes, hastiada de ser elegida, me sorprendes. Estando tú, nada falta. Solo respirar lo poco convencional me basta.
Bienvenido a la aventura nuevamente, la experiencia esta vez es nuestra aliada y se hace presente. Decidida a elegir, dejé atrás ser elegida, decidida a vivir, dandole un si a la vida, desempolve el espejo y vi tu mano extendida, no sé a donde me llevará ni cuanto durará, sólo sabemos que el gozo no puede faltar.
Dices que una nueva faceta en mí despierta. Para mi todo es conocido, eres tú quien hace que parezca que apenas comienza...
Sigues siendo tú. Sigue siendo un placer tomar tu mano sin saber dónde esta el principio y el final.